Este proyecto abordó la remodelación completa de una oficina ubicada en un edificio patrimonial del centro de Santiago, con el propósito de modernizar el espacio manteniendo su carácter original, optimizando la funcionalidad, la iluminación y el confort ambiental.

El trabajo contempló una intervención integral tanto en infraestructura como en diseño interior, actualizando un recinto antiguo para adaptarlo a las necesidades de trabajo contemporáneo.

Intervención arquitectónica

Se realizó la reparación total del estuco de muros, regularización de superficies y aplicación de nuevas pinturas en tonos neutros, que aportan amplitud y luminosidad.
Se reemplazaron las ventanas por termopaneles de marco negro, mejorando el aislamiento térmico y acústico, así como la eficiencia energética del recinto.
Se incorporó un sistema de climatización con aire acondicionado tipo split, adaptado a la estructura del edificio, garantizando confort durante todo el año.
En los baños se ejecutó un recambio de artefactos, griferías y revestimientos, actualizando completamente su estética y funcionalidad.

Diseño interior y mobiliario

El diseño interior buscó equilibrar modernidad, sobriedad y calidez, combinando materiales claros con acentos en madera y negro mate.
Se implementaron muros con revestimiento de listones de madera natural y puertas correderas tipo panel japonés con perfilería metálica negra y vidrio esmerilado, aportando textura, privacidad y una identidad contemporánea al conjunto.

El amueblamiento incluyó escritorios modulares blancos con estructura metálica gris, sillas ergonómicas de alto estándar, y módulos de almacenamiento abiertos, que favorecen el orden visual y la flexibilidad de uso.
La iluminación, resuelta mediante luminarias lineales suspendidas y aros LED de diseño minimalista, otorga una luz uniforme y elegante, ideal para espacios de trabajo colaborativo y reuniones.